Ayer, apenas instantes después de finalizado el partido entre Boca y River, los jugadores del Millonario se juntaron en el medio de la Bombonera para festejar la clasificación. Hasta ahí nada fuera de lo común. Hasta que se vio un «intruso»: un empleado de seguridad privada, mezclado entre los futbolistas, abrazando a Matías Suárez y Lucas Pratto.